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Salgado

LA TECNOLOGIA VS MEDIO AMBIENTE

LA TECNOLOGIA VS MEDIO AMBIENTE

En 1965 un grupo de nosotros ayudó a Schumacher a iniciar el Grupo de Desarrollo de Tecnología Intermedia (ITDG) en Londres. Nuestro punto de partida era que el desempleo masivo y la miseria rural se podrían superar sólo mediante la creación de puestos de trabajo en las mismas áreas rurales; que estos puestos de trabajo deberían ser de bajo coste para que se pudieran crear en grandes cantidades sin demandar niveles imposibles de ahorro o importación; que los métodos de producción y los servicios asociados deberían ser relativamente simples, y que la producción debería hacerse a partir de materiales locales y para uso local principalmente.

Pensábamos que la ingeniería debería destinarse a la tarea de crear o descubrir tecnologías de bajo coste: herramientas y equipos que controlaran los pobres rurales y urbanos, que fueran de su propiedad, y con los cuales pudieran salir ellos mismos de su pobreza.

Nuestro propósito era demostrar que las tecnologías apropiadas a las necesidades y recursos de los pobres en las áreas rurales podían desarrollarse y utilizarse, y, ayudando a crear una red internacional de organizaciones con las mismas ideas, cambiar el énfasis de la ayuda y del desarrollo hacia una tecnología de pequeña escala realmente capaz de introducir la industria en las áreas rurales.

Al principio, y durante varios años, el Grupo no consiguió una acogida muy calurosa en los países ricos ni en los pobres. Pero luego, la estrategia convencional de desarrollo, basada en grandes industrias de capital intensivo, empezó a ser puesta en duda cada vez más por economistas y planificadores. A mediados de los 70 la evidencia del fracaso de la estrategia de grandes industrias se acompañó del reconocimiento creciente de que la agricultura y las industrias locales de pequeña escala podrían reducir los costes de transporte, frenar el crecimiento de las ciudades, producir eficientemente bienes y servicios, y constituirían la mejor manera de distribuir los ingresos.

El trasvase directo de tecnologías de los países ricos al Sur ya ha hecho mucho daño a los intereses del pobre. Las ciudades que crecen desmesuradamente (un crecimiento que está estrechamente unido con el bajo precio del petróleo) continúan creciendo. Mientras en 1950 sólo había seis ciudades con más de un millón de habitantes en la próxima década habrá más de sesenta, según previsiones de Naciones Unidas. Las previsiones referentes a las reservas de alimentos y energía son sobrecogedoras, y las perspectivas en cuanto al empleo no son mejores.

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